La termoterapia es un tratamiento que utiliza el calor y el frío con fines terapéuticos. Se emplea en medicina estética, fisioterapia, rehabilitación y otros campos para aliviar el dolor, reducir la inflamación, mejorar la circulación y la movilidad y acelerar la recuperación de lesiones.
Aunque la termoterapia tiene numerosos beneficios, también puede presentar algunos riesgos y efectos secundarios, especialmente si no se aplica correctamente. En este artículo analizaremos las principales contraindicaciones y efectos adversos que hay que tener en cuenta al someterse a un tratamiento termoterapéutico.
Contraindicaciones de la termoterapia
Hay ciertas condiciones y circunstancias en las que la aplicación de calor o frío podría resultar perjudicial o poco recomendable. Es importante que el terapeuta evalúe cuidadosamente a cada paciente para determinar si existe alguna contraindicación antes de iniciar un tratamiento termoterapéutico.
Embarazo
Durante el embarazo, la termoterapia solo se recomienda bajo supervisión médica. El calor excesivo puede resultar peligroso tanto para la madre como para el feto, especialmente en el primer trimestre. Por ello, las embarazadas deben evitar saunas, baños calientes, almohadillas térmicas sobre el abdomen y otros tratamientos que eleven la temperatura corporal.
Niños
En niños pequeños, el sistema termorregulador aún no está completamente desarrollado, por lo que son más susceptibles a las quemaduras y al sobrecalentamiento. Los tratamientos termoterapéuticos deben aplicarse con sumo cuidado y bajo supervisión en menores de 5 años. Está contraindicado el uso de saunas, baños de vapor y otras terapias de calor.
Enfermedades cardiovasculares
Las personas con ciertas enfermedades cardiovasculares, como insuficiencia cardíaca congestiva o trastornos del ritmo cardiaco, presentan mayor riesgo de complicaciones con la aplicación de calor y frío. Por ello, se recomienda extremar las precauciones o evitar la termoterapia dependiendo de cada caso específico.
Diabetes
Los pacientes con diabetes tienen dificultades para regular su temperatura corporal y pueden sufrir lesiones en la piel sin notarlo. El calor o frío excesivo podría provocar daños en los tejidos. Es necesario controlar de cerca la respuesta del paciente diabético a cualquier tratamiento termoterapéutico.
Enfermedades neurológicas
Las patologías que afectan al sistema nervioso, como esclerosis múltiple, epilepsia o accidentes cerebrovasculares, pueden alterar la sensibilidad normal al calor y al frío. Los pacientes con enfermedades neurológicas requieren una vigilancia estrecha durante la termoterapia para evitar quemaduras o congelamiento de los tejidos.
Infecciones agudas
En presencia de una infección activa o fiebre, está contraindicado el uso de calor. Podría agravar la inflamación y empeorar el cuadro infeccioso. Solo se recomienda la crioterapia de forma muy supervisada en infecciones agudas.
Áreas de piel lesionada
Hay que evitar aplicar calor o frío sobre áreas de piel lesionada, con quemaduras, heridas abiertas, dermatitis, etc. Podría provocar más daño tisular. Es necesario esperar a que estas lesiones se hayan curado por completo antes de someter la zona a cualquier tipo de termoterapia.
Trastornos de la sensibilidad
Las personas con ciertos trastornos neurológicos que reducen la sensibilidad al calor o al frío, como neuropatía diabética o lesión medular, tienen mayor riesgo de sufrir quemaduras o congelamiento durante la termoterapia. Se aconseja extremar las precauciones en estos casos.
Efectos secundarios comunes de la termoterapia
Además de las contraindicaciones anteriores, la aplicación de calor o frío puede provocar algunos efectos secundarios adversos, especialmente cuando se utiliza de forma inadecuada. Algunos de los más frecuentes son:
Quemaduras
El principal riesgo es sufrir quemaduras en la piel por una exposición excesiva al calor. Pueden ocurrir con almohadillas térmicas, lámparas de calor, saunas, etc. Es esencial controlar bien la temperatura y duración del tratamiento.
Congelamiento
La aplicación de frío en exceso puede dañar los tejidos y provocar congelamiento accidental. Los más propensos son las extremidades del cuerpo. Hay que vigilar de cerca la piel durante la crioterapia.
Dolor muscular
Si no se dosifica bien, el calor y el frío pueden causar dolor e incluso calambres en los músculos. Hay que empezar con periodos cortos e ir aumentando progresivamente la duración de la termoterapia.
Desequilibrios electrolíticos
La sudoración excesiva en tratamientos térmicos como saunas puede provocar pérdida de sales y desequilibrios de electrolitos. Es importante hidratarse bien antes y después de la sesión.
Mareos y desmayos
La aplicación de calor dilata los vasos sanguíneos. En algunas personas esto puede causar mareos e incluso desvanecimientos por hipotensión, sobre todo al levantarse tras la terapia. Hay que hacerlo despacio.
Alteraciones cutáneas
El calor y el frío extremos pueden irritar e inflamar la piel, provocando eritema, sarpullido, picores y descamación. Es un efecto temporal, pero hay que avisar si persiste.
Estrés térmico
La exposición prolongada a temperaturas muy altas puede dar lugar a estrés térmico, con síntomas como dolor de cabeza, náuseas, calambres e incluso golpe de calor. Es esencial no superar el tiempo recomendado de tratamiento.
Contraindicaciones de la termoterapia:
- Embarazo
- Niños pequeños
- Enfermedades cardiovasculares
- Diabetes
- Enfermedades neurológicas
- Infecciones agudas
- Áreas de piel lesionada
- Trastornos de la sensibilidad
Efectos secundarios de la termoterapia:
- Quemaduras
- Congelamiento
- Dolor muscular
- Desequilibrios electrolíticos
- Mareos y desmayos
- Alteraciones cutáneas
- Estrés térmico
Precauciones y recomendaciones de seguridad sobre la termoterapia
Para disfrutar de los beneficios de la termoterapia minimizando los posibles riesgos, es importante tener en cuenta estas precauciones básicas:
- Consultar al médico antes de someterse a cualquier tratamiento, especialmente si se padecen afecciones crónicas.
- No aplicar calor o frío sobre áreas de piel irritada, heridas abiertas o zonas insensibles.
- Comenzar con sesiones cortas de 5-10 minutos e ir aumentando gradualmente.
- Beber agua antes, durante y después del tratamiento para mantenerse hidratado.
- No utilizar almohadillas térmicas mientras se duerme y retirarlas si causan molestias.
- Controlar la temperatura y no superar los 40°C en tratamientos de calor.
- Evitar cambios bruscos de temperatura y esperar unos minutos entre la aplicación de calor y frío.
- No usar saunas o baños calientes durante más de 15 minutos, especialmente al inicio.
- Salir de inmediato si se experimentan mareos, dolor intenso o quemaduras.
- Entrar y salir de cámaras criogénicas con precaución y de forma progresiva.
- Utilizar guantes y calcetines protectores en tratamientos de frío localizado.
- No aplicar bolsas de hielo directamente sobre la piel ni durante más de 20 minutos seguidos.
Siguiendo estas recomendaciones y las indicaciones del terapeuta, se pueden evitar efectos nocivos y lograr los resultados deseados de forma segura con la termoterapia.
Preguntas frecuentes de la Termoterapia
¿Qué es la termoterapia?
La termoterapia consiste en la aplicación de calor y frío con fines terapéuticos para aliviar dolor, reducir inflamación, mejorar la circulación y acelerar la recuperación de lesiones. Se emplea en medicina, rehabilitación, fisioterapia, estética y deporte.
¿Cómo actúa el calor en el cuerpo?
El calor dilata los vasos sanguíneos, aumenta el flujo sanguíneo y mejora la oxigenación. Además reduce el dolor, relaja los músculos y acelera la curación al estimular la actividad celular.
¿Cómo actúa el frío en el cuerpo?
El frío contrae los vasos, reduce la inflamación y adormece las terminaciones nerviosas responsables del dolor. También puede disminuir la actividad celular y enlentecer procesos como hemorragias o hematomas.
¿Cuáles son los principales tratamientos con calor?
Los más utilizados son almohadillas térmicas, lámparas de calor infrarrojo, compresas, baños calientes, saunas, envolturas corporales, parafina caliente o ultrasonidos.
¿Cuáles son los principales tratamientos con frío?
Los más comunes son bolsas de hielo, compresas frías, baños con agua helada, crioterapia con hielo seco o nitrógeno, masajes con gel frío e inmersión en agua glacial.
¿Qué efectos tiene la termoterapia?
Alivia el dolor, reduce inflamación y espasmos musculares, activa la circulación, libera endorfinas, elimina toxinas, mejora lesiones y la recuperación tras el ejercicio físico intenso.
¿Cuáles son los principales riesgos y contraindicaciones?
Quemaduras, congelamiento, deshidratación, mareos, efectos adversos en embarazadas, niños, enfermos cardiacos y personas con trastornos de la sensibilidad al calor/frío.
¿Con qué frecuencia se puede realizar la termoterapia?
Depende del tratamiento. Las sesiones suelen durar de 10 a 30 minutos y repetirse varias veces por semana. Es importante hacer descansos entre sesiones y comenzar gradualmente.
¿Cuánto tardan en notarse los efectos de la termoterapia?
Se suelen sentir alivio del dolor y relajación muscular inmediatamente o en las horas siguientes a la aplicación de calor. Los resultados visibles en lesiones e inflamación pueden tardar varios días o semanas de tratamiento regular.
¿Se puede combinar calor y frío en una misma sesión?
Sí, se conoce como termoterapia contrastada o criosauna. Se alterna inmersión en agua caliente y fría o se aplican compresas frías y calientes. Mejora la circulación y el alivio del dolor. Hay que dejar tiempo entre cambios de temperatura.